La mayoría de los "habitantes" de Aran Park son descendientes de especies endémicas de los Pirineos. Una de las excepciones es el lobo blanco, para el cual Aran Park, uno de los pocos parques de fauna situado a altitud, ha sido considerado como lugar de acogida particularmente bien adaptado como ideal casa.

Priorizar la acogida de especies autóctonas o de ecosistemas forestales como este, significa también favorecer el bien estar de los animales: evolucionando en su ecosistema natural, ellos están perfectamente adaptados. El clima, la vegetación y los relieves correspondientes a su entorno natural, es lo que permite también reducir el riesgo de contraer enfermedades, de simplificar el suministro de alimentos... y ¡ofrecer al visitante una experiencia auténtica!